En alianza con la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) y productores de peces, la UCAB Guayana hizo un intercambio de dos peces cachamotos adultos (cruce entre la cachama y el morocoto) por 12 juveniles, en la laguna artificial del campus, como parte de la labor ecológica y de educación ambiental que fomenta la universidad

 

Como parte de los esfuerzos orientados a la sensibilización sobre el desarrollo sustentable, la protección de la biodiversidad y la educación ambiental, en la Universidad Católica Andrés Bello, extensión Guayana (UCAB Guayana), se realizó en julio la sustitución de los dos peces cachamotos que habitaban desde hace 10 años en la laguna artificial del campus. Se trata de una especie híbrida, resultado del cruce de los peces cachama hembra y el morocoto macho.

Florencia Cordero, coordinadora de Sustentabilidad Ambiental de la UCAB Guayana, explicó que este tipo de especie tiene la particularidad de no reproducirse, solamente nacen del cruce entre cachamas y morocotos. El experimento surgió ante la posibilidad de ser una alternativa de alimentación para las comunidades, ya que llegan a crecer más que otras especies y a tener mayor carne para el consumo humano. De hecho, estos peces abundan en el parque La Llovizna.

“Se decide sacar estos dos peces de la universidad, porque ya tenían dimensiones muy grandes, pesaban entre siete y ocho kilos, y nuestra laguna se ha ido colmatando de sedimentos. No tiene la misma profundidad, y por ser una laguna artificial y no tener salida natural, se va llenando de sedimentos, y los peces no tenían suficiente espacio para su desplazamiento”, detalló Cordero.

En alianza con la corporación Venezolana de Guayana (CVG), en el área de Gerencia General de Redes Productivas en su Gerencia de Desarrollo Agropecuario del Departamento de Asistencia Técnica, en representación de Ramón Cedeño;  junto con la finca Granja Casa Nostra, del productor Jhonny Gorgone, se hizo el intercambio de los dos cachamatos adultos por 12 juveniles.

“Cabe destacar que no los alimentamos, el mismo ecosistema de la laguna les provee el alimento para sobrevivir”, destacó Cordero.

Los cachamotos resultado del cruce de los peces cachama hembra y el morocoto macho. Foto María Carrasco

Protección de la especie

Si bien estas especies fueron creadas con un fin social, para proveer mayor alimento para el consumo humano, las dos especies adultas sacadas de la laguna de la UCAB Guayana pasaron a ser de protección por parte de los productores de la Granja Casa Nostra. 

“La idea es presentar un ecosistema equilibrado, en el que destaca la parte académica porque propicia la educación ambiental, para que los estudiantes también conozcan sobre esta especie que se conserva en el campus. Además, hay una labor ecológica, porque si bien hubo un interés económico para crear estos peces, los productores también tienen  la idea de crear un centro turístico donde sea un atractivo y se proteja la especie”, reiteró Cordero.

Los cachamas pueden alcanzar hasta 20 kilos. El proceso de selección para su engorde pasa por dos partes. Primero se escogen los de un peso superior a los 500 gramos, para continuar su engorde. Los que pesan menos se llevan a otro estanque, donde potencien su crecimiento para que puedan alcanzar su peso y tamaño con mayor valor para el consumo.

Es por ello que esta especie se ha desarrollado en la acuicultura, ya que además de que pueden crecer y engordar rápidamente, se consigue a un menor costo, lo que lo hace atractivo para los consumidores.

La laguna artificial de la UCAB Guayana es un espacio emblemático del campus y un permanente recordatorio del necesario equilibrio que debe existir entre la actividad humano y el entorno natural. Este intercambio de peces estuvo enmarcado dentro de las acciones orientadas a la promoción de un campus sustentable