El Centro de Asesoramiento y Desarrollo Humano de la UCAB Guayana reunió a padres, docentes y estudiantes para reflexionar sobre los efectos del uso excesivo de la tecnología y la importancia del acompañamiento emocional.

El Centro de Asesoramiento y Desarrollo Humano (CADH) de la Universidad Católica Andrés Bello, extensión Guayana (UCAB Guayana, llevó a cabo el foro “Hablemos de vivir entre pantallas y hagamos prevención”, un espacio de reflexión sobre el impacto del uso de la tecnología en la salud mental, las relaciones familiares y el desarrollo cognitivo en niños, niñas y adolescentes.

En su intervención, la psicopedagoga Johana Brito partió de la premisa de hablar del tema desde la empatía, y no desde la crítica. Esto con el propósito de construir vínculos más humanos en medio de un mundo digitalizado.

“Para hacer prevención debemos escuchar sin juzgar y ofrecer el apoyo que corresponda, no la crítica. El cerebro de los niños no está diseñado para estar expuesto constantemente a estímulos de luz, color y sonido. Eso interfiere en su desarrollo y en su capacidad de atención”, explicó Brito.

UCAB Guayana promueve la prevención y acompañamiento familiar ante impacto de la era digitalLa especialista advirtió que la sobreexposición a los dispositivos afecta directamente la maduración del sistema límbico y la corteza prefrontal, áreas responsables de la autorregulación emocional, la memoria y la toma de decisiones. Asimismo, se refirió a la necesidad constante de los jóvenes de obtener validación a través de las redes sociales.

“Estamos viendo generaciones que temen decidir, porque su cerebro se acostumbró a la recompensa inmediata. El sistema dopaminérgico se activa con cada ‘like’ o notificación, y eso genera una búsqueda constante de validación externa”, subrayó.

Además, Brito destacó la importancia de que padres y docentes acompañen de cerca a los jóvenes. Necesitamos crear confianza. Cuando un niño o un adolescente se siente escuchado sin miedo a ser juzgado, se atreve a hablar de lo que le preocupa. Ese es el primer paso para prevenir conductas de riesgo”, sostuvo.

Buscar el equilibrio

El foro también contó con la participación de Kristy López y Samantha Gámez, madre e hija, quienes compartieron su experiencia personal sobre cómo el uso de las pantallas afectó la comunicación entre ambas.

López relató que notó cambios en la conducta y estado de ánimo de su hija durante la pandemia de COVID-19, una época en la que se implementaron las clases virtuales y el uso de dispositivos.

“Me di cuenta de que Samantha ya no hablaba tanto, pasaba horas en el teléfono y a veces la notaba triste sin razón aparente”, contó.

La situación la llevó a buscar apoyo en el CADH, donde comprendió que más allá de imponer restricciones, debía fortalecer el diálogo y la confianza. 

“Entendí que tenía que acompañarla, no regañarla. Aprendí a bajar el teléfono para poder mirarla y escucharla”, relató.

UCAB Guayana promueve la prevención y acompañamiento familiar ante impacto de la era digitalPor su parte, su hija reconoció que, aunque la tecnología le permitió estudiar y comunicarse con sus amigos, también se sintió atrapada por la necesidad de mostrarse perfecta en redes sociales, una realidad frecuente en muchos adolescentes.

“A veces pensaba que mi vida no era tan buena como la de otros. Después entendí que las redes no muestran todo, y que lo importante es quién soy, no lo que publico”, afirmó.

La psicopedagoga Johana Brito insistió en que la tecnología es una herramienta valiosa cuando se usa con moderación y propósito. “El mundo actual se mueve a través de pantallas, pero no podemos perder la capacidad de mirarnos a los ojos”, recordó.

Este encuentro permitió crear mayor conciencia sobre la necesidad de prevención, empatía y acompañamiento ante casos en los que la tecnología afecte negativamente en relaciones familiares o interpersonales. Asimismo, se hizo énfasis en que la educación emocional y el tiempo compartido son claves para el bienestar en la era digital.

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