La universidad aprobó un decreto con los principios y mecanismos de prevención, control y atención de cualquier caso de corrupción que involucre a docentes, empleados, estudiantes, investigadores y prestadores de servicio. La institución reforzará los procesos de control y auditoría y desarrollará una campaña de educación dirigida a la comunidad ucabista

Fiel a su misión de promover los valores ciudadanos, la transparencia, la justicia y el fortalecimiento de las instituciones  la universidad aprobó el Decreto Rectoral sobre la Política Anticorrupción.

El instrumento, firmado por el rector Arturo Peraza, S.J.,  parte del hecho de que la corrupción es un problema de carácter público cuyas consecuencias destructivas impactan a todos los sectores sociales, incluyendo el académico.

En este sentido, la política tiene como objetivo «establecer principios que permitan erradicar la corrupción, educar a la comunidad ucabista en los valores de transparencia, probidad, colaboración, responsabilidad y buena fe, y crear normas que dispongan los procedimientos para prevenir, identificar y combatir cualquier acto de corrupción, independientemente de que la responsabilidad recaiga sobre personal académico, administrativo o prestadores de servicios».

Entre otros puntos, la norma define la corrupción como el abuso de las facultades o el poder de decisión encomendado por la UCAB «con el fin de obtener dinero u otra utilidad para sí o para un tercero en detrimento de los valores institucionales».

Esto incluye no solo el acto ilegal o deshonesto de obtener una ventaja, sino también la conducta de quien pretenda actuar en nombre de la universidad con el mismo fin, o la omisión y el retardo de un acto funcional con el objetivo de obtener un beneficio.

Además, considera corrupción cualquier forma de soborno o tráfico de influencias. Es decir, «la entrega o promesa de dinero u otra utilidad con el objetivo de influir en las decisiones o acciones de una persona en posición de autoridad o poder, en perjuicio de los principios y valores de la universidad».

Los procedimientos de la política serán guiados por los reglamentos y códigos de ética de las distintas actividades de docencia, investigación y extensión.

corrupción

Contra la corrupción: vigilancia y prevención

De acuerdo con el decreto rectoral, la universidad se compromete a establecer los controles correspondientes para prevenir o detectar cualquier acto de corrupción o conducta indebida.  

En este sentido, cada unidad de la institución deberá fijar los mecanismos internos necesarios en sus procesos, los cuales se sumarán a las exigencias de la normativa nacional. «Cada colaborador es responsable por asegurar el cumplimiento de los controles en relación con su cargo», se establece en el decreto.

El sistema se verá reforzado a través de procesos permanentes de auditoría. Las revisiones del sistema de gestión de la calidad de las distintas unidades deberán examinar el cumplimiento de los controles internos. Además, el rector podrá ordenar auditorías especiales, tanto con personal interno como externo, para la prevención o detección de irregularidades financieras o de otra índole.

«Se auditarán y publicarán los estados financieros de la universidad como una medida de transparencia de la gestión y de acceso público a la información», precisa el documento.

Sumado a lo anterior, la UCAB propone otro esfuerzo:  todos sus contratos y convenios deberán incluir una cláusula anticorrupción que permita la terminación automática del acuerdo en caso de comprobarse actos de esta naturaleza.

Explicó Damelis Cermeño, directora general de Auditoría, que su unidad apoyará a la universidad con la difusión de las responsabilidades que tienen en cuanto a velar por el cumplimiento del marco normativo de la institución.

«Se espera que las auditorías se transformen en un mecanismo para la prevención de prácticas corruptas y asegurar que los controles se realicen adecuadamente», afirmó Cermeño.

Ruta anticorrupción: denuncia, procesamiento y sanción

Según la política anticorrupción de la UCAB, la institución investigará los presuntos actos de corrupción cometidos en detrimento de la UCAB, «independientemente de si se perpetraren dentro o fuera de la universidad».  Dicha investigación será «imparcial y con respeto a los derechos de presunción de inocencia, igualdad, no discriminación, celeridad y confidencialidad».

Las denuncias deberán presentarse ante la unidad de Auditoría Interna con las pruebas correspondientes (estas deberán ser lo más descriptivas posibles y contar con información acerca de las circunstancias de tiempo, lugar y modo). Esta dependencia tendrá la facultad de admitir o no la denuncia tras analizar las evidencias y podrá apoyarse en otras unidades (como la Comisión Disciplinaria) para comprobar los hechos establecidos.

Luego de un lapso de 30 días, Auditoría Interna deberá elaborar una propuesta de resolución debidamente fundada, la cual se entregará al rector, o al canciller en caso de que el rector esté involucrado en la denuncia. 

Posteriormente, la Dirección General de Recursos Humanos adoptará las decisiones correspondientes y ordenará las notificaciones.  Según el resultado de la investigación, apunta el texto, «se tomarán las acciones correspondientes, de acuerdo a las leyes nacionales o la normativa interna de la UCAB»,  las cuales serán proporcionales y acordes con la gravedad de los hechos acreditados.

«La UCAB podrá, además, comunicar los hechos a los órganos de justicia del país, comprometiéndose a prestar toda la colaboración con las autoridades competentes».

Educar y capacitar como prioridad

Parte del trabajo que hay por delante trasciende el papel: la UCAB llevará adelante iniciativas informativas y formativas con el propósito de sensibilizar a la comunidad universitaria sobre la corrupción y sus efectos nocivos, el Estado de Derecho y la transparencia, así como respecto a los canales para denunciar cualquier conducta deshonesta. 

La Dirección General de Recursos Humanos será responsable de las acciones educativas dirigidas a docentes, investigadores y empleados.  «En el caso de los estudiantes, las unidades académicas asumirán esta responsabilidad», puntualiza el decreto.

Como parte de su misión generadora de conocimiento, la universidad propiciará, en sus centros e institutos de investigación, el estudio de la corrupción, su origen, causas, dimensiones, entre otros aspectos, «con el fin de aportar datos que contribuyan con la prevención y atención a los problemas de corrupción en Venezuela y el mundo»

La UCAB, aún más alineada con los ODS

El Decreto Rectoral sobre la Política Anticorrupción de la UCAB  nació como parte del compromiso de la universidad con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, uno de los cuales, el número 16, se refiere precisamente a la promoción de Paz, Justicia e Instituciones Sólidas.

Con esto como norte, la Unidad de Estadísticas Institucionales de la Secretaría, instancia que realiza el Informe de Sostenibilidad  de la UCAB, tuvo a su cargo la redacción del documento normativo, el cual fue posteriormente validado por el Vicerrectorado Administrativo para culminar con el visto bueno del rector.

«Contar con esta política nos ayuda a reforzar los valores ignacianos en toda la comunidad  ucabista. Es importante mostrar a los miembros de la UCAB que existen ciertas conductas que pueden considerarse deshonestas y que, bien sea por desconocimiento u omisión, pueden derivar en actos de corrupción que deben ser abordados y sancionados de manera inmediata», apuntó Gabriela D’Ambrosio, coordinadora de la Unidad de Estadísticas.

Por su parte, Damelis Cermeño resaltó que esta iniciativa es crucial porque refuerza la misión de la UCAB como institución promotora de valores ciudadanos y de la Agenda 2030.

«Al combatir la corrupción, la universidad ataca un flagelo cuyo efecto destructivo alcanza todas las esferas de la sociedad, fortaleciendo así la transparencia, la justicia y la eficacia institucional», afirmó.

El reglamento está disponible, para su descarga y lectura, haciendo clic en este enlace: https://www.ucab.edu.ve/wp-content/uploads/2025/03/15.03-modificada-11-03-25.pdf 

♦Texto: Grace Lafontant León/Fotos: María Fernanda González (decreto), Manuel Sardá (retrato Gabriela D’Ambrosio) y Comunicaciones UCAB Guayana (retrato Damelis Cermeño)