La investigación de la universidad en alianza con Children’s Understanding of Well-being (CUWB) demostró el impacto que tiene el entorno en la percepción de bienestar de los niños de Ciudad Guayana, y cómo diferentes condiciones de vulnerabilidad están presentes independientemente del nivel socioeconómico
La necesidad de apoyo familiar, experiencias de violencia y una brecha cognitiva asociada al nivel socioeconómico, fueron parte de los hallazgos más relevantes del estudio de Bienestar Infantil en contextos escolares del municipio Caroní del estado Bolívar, presentados este martes por el Centro de Estudios Regionales (CER) de la Universidad Católica Andrés Bello, extensión Guayana (UCAB Guayana).
La coordinadora del proyecto, Marian Ojeda, explicó los detalles de esta investigación cualitativa, que forma parte de una alianza con la red internacional con Children’s Understanding of Well-being (CUWB), y que reveló aspectos fundamentales sobre cómo los niños de Guayana perciben el bienestar a partir de sus propias experiencias y su entorno.
Para este estudio pionero en Venezuela, los investigadores del CER recopilaron las experiencias de 50 niños y niñas de diferentes estratos socioeconómicos, con edades entre 8 y 12 años de cuatro escuelas públicas y privadas del municipio Caroní, así como información clave sobre el contexto y sus condiciones de vida.
Para la directora del CER, Aiskel Andrade, uno de los aspectos diferenciadores de este proyecto fue considerar a los niños como sujetos de estudio capaces de aportar información a través de sus propias vivencias. «Escuchar las voces de los niños permite mejorar la comprensión sobre sus experiencias y así poder mejorar su desarrollo», agregó.
La información recogida fue dividida en categorías que consideraban aristas como dinero y bienes materiales, amigos y familia, escuela, hogar, seguridad, capacidad de autonomía, ser escuchado, uso del tiempo y satisfacción.
Bienestar infantil afectado por el contexto socioeconómico
Las escuelas seleccionadas por el CER fueron categorizadas en tres grupos con buenas, regulares y muy malas condiciones, lo que les permitió asegurar que el contexto socioeconómico influye de manera significativa en la valoración del bienestar infantil.
Ojeda destacó que los niños de las escuelas en sectores más pobres revelaron en sus respuestas que enfrentan desafíos relacionados con la seguridad, la salud emocional y la estabilidad económica. La falta de recursos, el entorno inseguro y las condiciones educativas afectan negativamente su percepción de bienestar.
Para los niños con mejores condiciones, la preocupación por el dinero está relacionada con la seguridad y la estabilidad familiar, situación que dista de los niños con regulares y muy malas condiciones, a los que les inquieta la posibilidad de adquirir bienes, cubrir necesidades básicas e, incluso, su propia seguridad alimentaria. Necesitan dinero “para comer”.
En las escuelas, a los niños de buenas condiciones les importa compartir y realizar diferentes actividades; mientras que, a partir del grupo con condiciones regulares, aparecen las preocupaciones por la infraestructura de los recintos educativos.
Claudia Arismendi, directora general académica de la UCAB Guayana e integrante del panel de expertos que analizó los resultados, destacó que “la calidad educativa pasa por tener una infraestructura que permita a los niños y maestros estar en condiciones adecuadas para el aprendizaje y el desarrollo”. También resaltó que el mal estado de las instalaciones educativas y las fallas de los servicios son parte de la violencia estructural que viven los niños del estado y del país..
El estudio del CER también destaca, sobre las actividades que hacen los niños en su entorno, que aquellos con mejores condiciones mencionan una diversidad de actividades recreativas como pasear, hacer gimnasia, patinaje o ir a la piscina; mientras que los de muy malas condiciones se quedan en casa para dibujar, ver la televisión, hacer tareas o leer.
El estudio refuerza que la participación en actividades recreativas y la comunicación efectiva entre la escuela y la comunidad son aspectos que contribuyen positivamente al bienestar infantil en todos los grupos. “Los resultados evidencian que las escuelas son espacios que articulan a la familia y la comunidad”, aseguró Arismendi.
Violencia en todos los estratos
Otro hallazgo fundamental en la valoración del bienestar infantil fue la presencia de distintas formas de violencia y maltrato como experiencias comunes para todos los grupos del estudio, así como la presencia de niños al cuidado de terceros a causa de la migración.
La psicóloga Janet Guerra, especialista en desarrollo infantil, destacó que “una de las grandes preocupaciones que encontramos es la exposición a la violencia y aspectos relacionados con la convivencia”.
Para los investigadores, este sería un indicador clave de la necesidad de implementar medidas para prevenir y abordar la violencia infantil en todos los grupos sociales. Además de manifestaciones de violencia intrafamiliar, los niños también hicieron referencia a casos de violencia escolar tanto física, como psicológica.
“Tenemos que cuidar no solo lo que aprenden los niños desde la parte académica, sino también desde lo social, eso no se aprende por el simple hecho de compartir con el otro”, mencionó Guerra como parte de las acciones necesarias orientadas a erradicar la violencia de las escuelas.
Por otra parte, el trabajo infantil es una realidad presente entre los niños de muy malas condiciones. El CER pudo identificar casos de niños que trabajan y estudian, lo que advierten puede tener un impacto negativo en su desarrollo educativo y bienestar general.
Necesitan apoyo y ser escuchados
Dentro de los hallazgos más destacados del estudio de Bienestar Infantil en contextos escolares aparece que el apoyo familiar demostró ser un factor protector fundamental. Todos los grupos de estudio mostraron una correlación positiva entre el apoyo familiar y el bienestar de los niños, así lo expuso la coordinadora del proyecto, Marian Ojeda.
Sobre este aspecto, los resultados evidenciaron que no hay demasiadas diferencias entre estratos, y en todos los grupos, los niños expresaron el deseo de ser escuchados más a menudo.
En esta categoría, los niños de buenas condiciones en su mayoría no expresan sensación de ser escuchados y les gustaría expresar sus sentimientos más a menudo. Los de condiciones regulares indicaron que solo se sienten escuchados en momentos “especiales” o por actividades escolares. En cambio, los de muy malas condiciones expresaron el deseo de sentirse más escuchados en diversos contextos familiares.
Desigualdad cognitiva
Ojeda también mencionó dentro de los hallazgos más relevantes de su estudio la brecha cognitiva que existe entre los niños con buenas y muy malas condiciones. Los niños de 8 años, del grupo socioeconómico más alto, mostraron una mayor capacidad analítica y de respuesta que los niños de 12 años del grupo socioeconómico más bajo. Este hallazgo también se correlaciona con el rendimiento académico observado en los datos de la comunidad.
Sobre este dato, Arismendi mencionó que esta diferencia cognitiva también tiene que ver con el rezago escolar, un problema que se ha venido profundizando en el país en los últimos años.
Además, los investigadores también sostienen que los niños de mejores condiciones demostraron ser más extrovertidos y comunicativos en las actividades que realizaron en las escuelas; a diferencia de los de muy malas condiciones, quienes expresaban con más timidez sus ideas, pensamientos y emociones.
Propuestas
El CER-UCAB Guayana y los miembros del panel expertos que participaron en la presentación de los resultados, aseguraron que estos hallazgos proporcionan información valiosa para el desarrollo de políticas y programas que promuevan el bienestar infantil.
Los investigadores insistieron en la necesidad de continuar investigando las complejas relaciones entre los factores familiares, sociales y económicos que afectan el desarrollo de los niños para crear intervenciones más efectivas y equitativas, sobre todo, en medio de los desafíos que enfrenta el país.
Dentro de sus propuesta mencionan la creación de alianzas con escuelas para la expansión del estudio en el resto de las regiones del país; el diseño de mecanismos para la visibilización y sensibilización en torno a la violencia; políticas públicas que permitan recuperar la infraestructura escolar; promover registros de casos particulares en las escuelas; espacios para la formación en prevención de la violencia escolar y programas de formación de docentes para impactar en temas de calidad educativa.
De igual forma, el CER anunció que han concretado una alianza con la Escuela de Psicología de la UCAB para realizar este estudio de bienestar infantil con escuelas de diferentes niveles socioeconómicos de Caracas y continuar generando información valiosa que permitan promover acciones para el desarrollo de los niños y niñas del país.
Texto: Daniela Meza
Fotos: William Urdaneta