Durante un conversatorio, organizado por la Escuela de Derecho de la UCAB Guayana, se profundizó sobre la significación del 23 de enero, como un hito que consolidó la democracia como sistema político y generó un consenso social en torno a valores como la participación ciudadana, el desarrollo y la institucionalidad

A propósito de los 67 años del 23 de enero de 1958, fecha en que finalizó la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y abrió paso al período democrático en el país, el rector de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Arturo Peraza; la historiadora Inés Quintero; y el decano de la Facultad de Derecho, Jesús María Casal; se plantearon analizar este hito, desde diferentes perspectivas, en el foro Retos para la Democracia en Venezuela, organizado por la Escuela de Derecho de la UCAB Guayana.

Los ponentes destacaron los principales factores que permitieron, no solo el fin de la dictadura, sino la instauración de un sistema democrático a partir del consenso y la amplia participación de diferentes sectores políticos, militares y sociales.

Durante la actividad, celebrada en el Auditorio Guido Arnal de la UCAB Guayana, los expositores también conversaron sobre los retos que enfrenta la democracia nacional en la actualidad y los aprendizajes del 23 de enero.

23 de enero: más allá de la fecha

La historiadora Inés Quintero inició su ponencia recordando que el 23 de enero de 1958 fue el resultado de un proceso histórico complejo que involucró a diversos actores sociales y políticos. Insistió en que el derrocamiento de Pérez Jiménez no fue un evento aislado, sino el resultado de un largo período de acumulación de tensiones y luchas sociales y políticas.

“El 23 de enero ese gobierno terminó y los gobiernos no concluyen por arte de magia, por hechos fortuitos, sino que son el resultado de procesos. Por eso es importante entender que ese momento histórico no es un hecho accidental y no tiene que ver con una suma de hechos fortuitos, sino que más bien hay que interpretarlo como resultado de un proceso histórico”, explicó.

Para llegar a este punto de inflexión, la historiadora señaló como factores claves la ruptura en el liderazgo militar y la acción y la movilización unitaria de las fuerzas de la oposición, en donde participaron no solo los partidos políticos sino otras fuerzas sociales que actuaron como factor de presión y de manifestación de rechazo a la dictadura.

Inés Quintero UCAB

Sobre el periodo posterior al 23 de enero, Quintero destacó que la democracia venezolana se construyó sobre la base de un consenso social y político que permitió superar las diferencias y construir un proyecto nacional común.

También se refirió a la crisis actual de la democracia en el país y expuso que se debe, en parte, a la pérdida de ese consenso. «Es necesario recuperar el espíritu del 23 de enero y construir un nuevo consenso nacional basado en el diálogo, la tolerancia y el respeto por las diferencias», dijo.

Superar las ambiciones para lograr la democracia

Por su parte, el decano de la Facultad de Derecho de la UCAB, Jesús María Casal, explicó cómo fue posible recuperar la constitucionalidad de Venezuela tras el 23 de enero de 1958. Recordó que, durante la dictadura de Pérez Jiménez, se habían socavado las instituciones democráticas y el objetivo que tenía tanto de la Junta de Gobierno, como los actores políticos que participaron en la lucha contra la dictadura, era restablecer el Estado de derecho y la democracia.

“La junta militar se trazó como objetivo establecer un Estado democrático y de derecho. Este era un concepto muy avanzado para ese tiempo. Este era un objetivo que no estaba en ninguna parte de la Constitución del 1953”, apuntó Casal.

El decano explicó que mantener la vigencia de la Constitución de 1953, a pesar de sus limitaciones, permitió garantizar la continuidad del Estado de derecho. “Había que evitar sobresaltos, evitar controversias innecesarias porque la tarea principal era gigantesca. No se podía perder tiempo en discusiones estériles, ni abrir más flancos de controversia. Había que trabajar y había que dedicar todo el tiempo a poder realizar esa hazaña de lograr la celebración de elecciones ese mismo año”, agregó.

También aclaró que «la Junta tomaba en cuenta la Constitución de 1953 en aspectos más formales, pero si había una dificultad para la democratización se dejaba de lado».

Jesús María Casal

Casal también mencionó dentro de las características del gobierno provisorio, que trabajó en 1958, que fue un gobierno colegiado: “Fue un gobierno muy plural, con sectores empresariales, algunos representantes sindicales, realmente ahí se pudo ver reflejado el espíritu del 23 de enero y la redemocratización como una empresa nacional”, expuso.

Sobre quienes participaron en el proceso de democratización en 1958, Casal destacó que “tuvieron un gran sentido moral, una gran responsabilidad moral y al mismo tiempo un gran sentido práctico, un sentido de la realidad. Siempre el objetivo por encima de cualquier otra consideración, no se quisieron desviar en ningún momento. Más allá de las tentaciones y ambiciones políticas”, concluyó.

La democracia como proyecto colectivo

El rector de la UCAB, Arturo Peraza, inició su intervención destacando que la cristalización de la democracia, a partir del año 1958, marcó un hito en la historia venezolana que se mantiene en la memoria colectiva y en el modo de ser de los venezolanos. “Creo que ese modelo no nos ha abandonado y nos ha ayudado mucho, incluso en este tiempo hay una resistencia social a permitir el cambio semántico de la palabra democracia”, apuntó.

Asimismo, destacó que la democracia para 1958 no se trataba solo del tema electoral, sino un proyecto de nación que implicaba desarrollo económico, social y político. “No solo se ofreció el proceso formal de una elección, sino que junto con él aparece un tema que es muy importante que es la democracia social”, apuntó.

“Un elemento importante, que hay que rescatar de ese proceso del año 1958, es el vínculo entre lo político y lo social como elementos que están profundamente arraigados en la noción democrática de la población, es parte de lo que nos queda como sociedad, como aprendizaje”, subrayó el rector.

Peraza también reflexionó sobre los retos que enfrenta la democracia en la actualidad que, a pesar de sus logros, ha enfrentado diversas crisis que han erosionado la confianza en las instituciones y en los procesos electorales.

Arturo Peraza

Destacó la necesidad de establecer un diálogo sincero y constructivo entre los diferentes actores políticos y sociales para establecer un nuevo consenso nacional, la recuperación de los valores democráticos, abordar las injusticias y promover la reconciliación entre los diferentes sectores de la sociedad.

“Me parece que lo que necesitamos es seguir trabajando por nuestros jóvenes, construyendo un ambiente distinto, en donde haya espacio para el diálogo, la democracia, la reconciliación, la paz. Esos elementos son fundamentales, así como una visión de horizonte de país, que es lo que necesitamos brindarles a nuestros jóvenes si queremos transformar a Venezuela”, concluyó.

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• Texto: Daniela Meza
• Fotos: María Soto